Las ‘malas madres’… ¿Reapropiación del término o dinámica patriarcal?

Con el nacimiento de las @malasmadres, hemos conseguido reapropiarnos de un término que el patriarcado usaba (y sigue haciéndolo, muchas veces de forma muy violenta) para referirse a las madres que mantenían una vida propia a la par que criaban. Por vida propia me refiero a todo lo que no tenga relación con cuidar de las criaturas, la casa y los maridos.

Y esta es una aportación valiosa a la maternidad actual ya que ha liberado a muchas mujeres de la presión por cumplir con el mandato de la buena madre. Como feminista, me parece muy positivo este enfoque, ya que muchas no somos conscientes de los efectos negativos de una crianza 24/7 en un contexto patriarcal y capitalista.

Hay varios aspectos que conforman este contexto en el que criamos las madres de hoy en día:

  1. Cero corresponsabilidad paternal: Las madres seguimos sin contar con una corresponsabilidad real. La mayoría de padres se comportan como un hijo más y aunque porteen y estén más presentes en la crianza, toda la carga mental (alimentación, visitas médicas, logística, colegio, tareas domésticas) sigue recayendo en las madres.
  2. Modelos de madre inasumibles: desde la crianza respetuosa y los/las gurús de maternidad nos venden modelos de madre totalmente inalcanzables. De nosotras se espera que seamos psicólogas, educadoras, expertas en nutrición, con carreras laborales de éxito, tiempo para ir al gym, que no expongamos a las criaturas a las pantallas, que estemos presentes y un largo etcetra ENORME, agotador e inasumible que nos lleva al modelo de madre buena y perfecta que tanto adora el patriarcado.
  3. La crianza respetuosa sin perspectiva feminista: la crianza con apego ha puesto a las criaturas en el centro sin tener en cuenta que a todas nos atraviesa una cosa llamada ‘rol de género’ y que nos lleva a hacer una interpretación patriarcal de algunas de las cosas que predica este tipo de crianza.

A las madres nos sigue dando miedo darnos prioridad porque el rol de género nos tiene encadenadas y el fenómeno de las ‘malasmadres’ ayuda a combatirlo

Crianza Radical

Dicho esto, el uso que le damos como sociedad al término ‘malamadre’ me genera muchos problemas. Sobretodo porque usamos este término en contextos que, en el imaginario colectivo, se asocian a lo que hace una «buena madre» versus lo que se supone que hace una «mala madre».

Esto se ve muy claro si analizamos en qué momentos usamos el término ‘malasmadres’ como por ejemplo: cuando damos un helado procesado a nuestras criaturas, cuando ponemos la tele, cuando nos vamos de viaje solas o cuando dejamos a las crías con su padre.

Todo lo que tenga que ver con separarnos de nuestras crías o hacer cosas «perjudiciales» para ellas como poner la tele (aunque sea un rato corto), se asocia a ser una mala madre.

Crianza Radical

Y es que, al final, aunque lo digamos entre risas, el concepto de «mala madre» no deja de ser una herramienta del patriarcado para oprimirnos y devolvernos al redil de la buena madre en cuanto nos salimos.

La cruda realidad es que para muchos hombres (y mujeres) todo lo que sea hacer cosas que no tienen relación con la crianza, es de mala madre – excepto ir a trabajar, cortesía de un sistema capitalista- Tanto es así que a las madres que sufren violencia machista, sus maridos les dicen que son unas «guarras» por irse a cenar con las amigas.

Llamarse a una misma ‘malamadre’ es hablarse mal. Es una palabra que encierra juicio y crítica y fomenta algo muy patriarcal que es el odio hacia nosotras mismas.

Crianza Radical

Recordad, amigas: Al patriarcado no se le combate entrando en su juego y en sus dinámicas. Al patriarcado solo lo vamos a hundir con mucho feminismo (y maternidad radical) para todas.

Publicado por marMC

Mar MC periodista especializada en crianza y maternidad, madre de 2 y feminista radical. Acuño el término ‘crianza radical’ para hablar de un tipo de crianza que nos representa a muchas madres y que es feminista, respetuosa, crítica, combativa y que comprende que ir a la raíz cuando educamos, especialmente a hijos varones, es más necesario que nunca.

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